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«Defensores de los derechos animales "bienestaristas": un oxímoron»
El apoyo a las normativas de "Bienestar Animal" por parte de grupos animalistas se intenta justificar apelando a dos argumentos principales: el primero es que esas medidas supuestamente reducen el sufrimiento o mejoran el bienestar de los animales —lo cual es muy cuestionable tanto a nivel empírico—, y el segundo es que dichas medidas supuestamente dificultan o impiden la actividad de explotación animal. Este segundo argumento es rebatido sistemáticamente por la propia industria de explotación animal y los estamentos políticos que velan por la continuidad de esta industria.
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Defensores de los derechos animales "bienestaristas": un oxímoron
Joan Dunayer
Marzo 2005
Joan Dunayer
Marzo 2005
!Llevemos a los pollos a la cámara de gas!” Un imaginario canto de protesta, demasiado repugnante para ser real. Sin embargo, algunos grupos de defensa de los animales, como PeTA y United Poultry Concerns, han pedido que los mataderos gaseen a los pollos en vez de dejarles conscientes mientras son paralizados eléctricamente y mientras sus cuellos son cortados. La matanza masiva de pollos es innecesaria, injusta e indudablemente cruel. Pero el pedir que los pollos pasen por la cámara de gas sugiere lo contrario. Sugiere que el problema es cómo se les mata. Una campaña por una matanza menos cruel propone una nueva forma de cometer un asesinato masivo. Este tipo de campaña se denomina bienestarista.
Las campañas bienestaristas fomentan la noción que los animales que están esclavizados y son asesinados pueden tener bienestar. Un bienestar genuino es incompatible con la esclavitud, la muerte y cualquier otro abuso, por eso utilizo comillas en la palabra bienestarismo cuando ésta se utiliza en un contexto que se refiere al daño especista. Las campañas bienestaristas son anti-derechos. Éstas apoyan diferentes formas de violación de los derechos morales de los no-humanos. Las supuestas campañas por una matanza de forma humana promueven una forma diferente de violar el derecho a vivir de los no-humanos. Las campañas que tienen como fin un confinamiento menos severo promueven una forma diferente de violar el derecho a la libertad de los animales no humanos.
PeTA presionó a McDonalds, Burger King y Wendy’s para que requiriesen a sus proveedores de carne y huevo que el confinamiento de los animales no-humanos sea menos cruel. Estas cadenas de restaurantes ahora han especificado, entre otras cosas, que sus proveedores de huevos deben aumentar de 48 pulgadas cuadradas a 67 el espacio proporcionado a cada gallina enjaulada. Una gallina tiene el derecho moral a no ser confinada ni en 48 ni en 67 pulgadas cuadradas. Muchos activistas han gritado: “¿Qué es lo que queremos? ¡Derechos para los animales! ¿Cuándo los queremos? ¡Ahora!”. Con mucha razón, ningún activista jamás proclamaría “¿Qué es lo que queremos? ¡Jaulas un poco más grandes! ¿Cuándo las queremos? ¡En el momento en que McDonalds o algún otro gran abusador se lo pida a sus proveedores!” Cualquier intento de trabajar con, en vez de en contra de, industrias que abusan de los animales debe hacer izar una gran bandera roja. Está moralmente mal explotar a los animales no-humanos, independientemente del espacio que tengan, o de si están fuera o dentro de una jaula. Este es el mensaje que los defensores de los animales deben transmitir.
No necesitamos comer partes del cuerpo de un pollo matado en una cámara de gas o por algún otro método. No necesitamos comer huevos de gallinas que se encuentran cautivas dentro de una jaula o de alguna manera diferente. No necesitamos comer comida que provenga de animales no-humanos. En vez de pedir una matanza o un confinamiento menos cruel, debemos promover el veganismo. Simplemente haciendo públicas las realidades de la explotación animal podemos conseguir que mucha gente se haga vegana. Persuadir a otros a adoptar un estilo de vida vegano reduce el número de individuos que sufren y mueren. También reduce el apoyo público hacia la industria cárnica, la vivisección y otras formas de explotación animal, haciendo más cercano el día en que estas serán finalmente prohibidas.
Algunos activistas asumen tanto el bienestarismo como el veganismo. Su bienestarismo impide la propagación del veganismo ya que implica que la explotación animal es inevitable y por lo tanto aceptable si se lleva a cabo de una forma “humanitaria”. Nuestro mensaje debe ser claro y consistente: no necesitamos explotar a los demás animales; su explotación es injusta y siempre causa sufrimiento. De la misma forma que los modelos a seguir veganos deben adherirse al veganismo en su estilo de vida, los portavoces por el veganismo deben adherirse al veganismo en su lucha. No tendría sentido que un defensor del veganismo llevase zapatos de piel de vaca o comiese la carne de un cerdo. Tampoco tiene sentido promover el veganismo en un momento y al siguiente promover la producción y el consumo de carne y huevos. Para que nuestra voz sea escuchada, nuestra oposición a la explotacion animal debe ser fuerte y clara.
Nosotros debemos promover persistentemente los derechos de los no-humanos, es decir, la emancipación. Los bienestaristas que se llaman a si mismos "activistas por los derechos de los animales", sabotean el concepto de derechos para los no-humanos. Confunden al publico haciéndoles pensar que el aprisionamiento, matanza y otros tipos de abusos especistas pueden ser consentidos dentro de los derechos de los no-humanos. Los bienestaristas reemplazan el derecho a vivir de los no-humanos por un "derecho a ser asesinados con menos terror y dolor." Reducen el derecho a la libertad de los no-humanos a un “derecho” a ser aprisionados injustamente en un espacio mayor. En realidad, alguien que carece de los derechos más básicos —a la vida y la libertad— deja de poseer derecho alguno.
Mientras promovemos una emancipación total, se pueden alcanzar emancipaciones parciales, a través de prohibiciones abolicionistas. Todas estas prohibiciones abolicionistas protegen al menos a algunos animales de algún tipo de explotación. Éstas evitan que algunos animales formen parte de situaciones explotativas y puede quitar a victimas de esta situación. Una prohibición en la caza de osos previene que haya osos que sean heridos o matados: lo que hace es prevenir, más que modificar su abuso. Los activistas pueden trabajar para conseguir cualquier tipo de prohibición abolicionista, incluyendo prohibiciones en productos peleteros, la clonación de algunas mascotas y mamíferos marinos en prisiones acuáticas. Por ahora, las prohibiciones abolicionistas no emanciparán a todos los no-humanos, pero sí emanciparán a algunos y nos moverán en la dirección correcta. No podemos hacer que se prohíban la mayoría de los productos especistas más populares —como la carne de los peces, la leche de vaca, los huevos de gallina— hasta que no creemos una oposición publica hacia estos productos.
Cuando no podemos alcanzar prohibiciones abolicionistas, podemos involucrarnos en boicots abolicionistas. Aunque estos carecen de la fuerza de la ley, los boicots pueden ser altamente efectivos. Una campaña de “boicot a los huevos” puede hacer más cercana la emancipación de los pollos. Convenciendo a la gente a dejar de consumir huevos, se puede hacer que disminuya el número de pollos que sufren mientras se aumenta la oposición contra toda la industria huevera. Similarmente, un boicot a productos de belleza que no estén libres de crueldad puede reducir la vivisección y aumentar la demanda de productos libres de crueldad. Además de boicotear productos en particular, los activistas pueden boicotear instituciones especistas, como las carreras de caballos y los zoos.
Los “bienestaristas” comúnmente dicen: “Yo apoyo cualquier cosa que reduzca el sufrimiento animal”. Pero a largo plazo las medidas “bienestaristas” incrementan el sufrimiento porque perpetúan la explotación. Tengamos en cuenta el Acta de Métodos Humanos de Matanza [HMSA por sus siglas en inglés]. Si uno está realmente informado de lo que ocurre en un matadero, sabremos que la HMSA completamente falla en proteger a los animales no-humanos. Principalmente, refuerza el apoyo público a la matanza ya que legitima la industria cárnica, dando la falsa impresión de que las victimas son matadas “humanitariamente”. Las medidas bienestaristas son inútiles ya que dejan a los animales en las manos de sus opresores. Solamente las medidas emancipacionistas, que honran los derechos morales de los animales, pueden proteger adecuadamente a los no-humanos. Un bienestar genuino para los no-humanos requiere que estén libres de toda explotación.
Texto original en inglés: Animal Rights “Welfarists”: An Oxymoron
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Me gustaría señalar una precisión respecto de lo que expone Dunayer en su artículo.
Apoyar una prohibición sobre determinado uso de animales no siempre puede ser una opción que respete los derechos de los animales. Por ejemplo, hay prohiciones que simplemente sustituyen unas víctimas con otras; así sucede con la prohibición de usar primates en experimentos, que lo que supone en realidad es que otros animales serán utilizados en su lugar. Por otra parte, hay prohibiciones que ni siquiera lo son realmente, aunque sean publicitadas como tales. Así sucedió con la supuesta prohibición de la caza de ballenas o la supuesta prohibición de los circos con animales o la conocida prohibición de la tauromaquia en Cataluña, que lo que hizo en realidad fue eliminar las corridas de toros para favorecer así la regulación y subvención de los correbous A menudo, las supuestas prohibiciones sirven para reforzar la explotación de los animales. Por esto, es conveniente adoptar una postura crítica respecto de dichas prohibiciones y no pensar automáticamente que benefician a los animales.
Así que antes de apoyar una prohibición habría que analizar si realmente esa prohibición supone una diferencia real para los animales o más bien resulta en todo lo contrario. El profesor Gary Francione expuso una propuesta en su libro Lluvia Sin Truenos para determinar si una prohibición es compatible con el respeto a los derechos de los animales, de acuerdo a si cumple o no determinados requisitos. Ahora bien, la cuestión es que en el contexto actual es muy difícil, o casi imposible, conseguir una prohibición de tal calibre. Sería más efectivo centrar nuestros esfuerzos en el activismo educacional para lograr un cambio generalizado de mentalidad en nuestra sociedad, mediante la difusión del veganismo, que erradique la idea de que los animales son medios para los fines humanos y pasemos a considerarlos como personas no humanas.
Termino listando otros textos valiosos sobre la cuestión del Bienestar Animal:
* Sirviendo al abuso: Promocionando productos de origen animal; Joan Dunayer [2006]
* Los cuatro problemas del Bienestar Animal, en pocas palabras; Gary Francione [2007]
* El coste oculto de vender huevos de gallinas libres; James LaVeck [2007]
* Haciendo negocio con las reformas del Bienestar Animal; Angel Flinn & Dan Cudahy [2011]
* Granjas felices, alimentando el prejuicio especista; Rebeca Solano & Mario Orozco [2017]
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